La prioridad es mantener a la joven embarazada dentro del sistema escolar

Juliannys Persico, de 17 años, asiste a diario a sus clases de 4to año de bachillerato en la Unidad Educativa José Ramón Luna de El Tirano, municipio Antolín del Campo. Lo único que la diferencia de sus compañeros de clase es que es madre de un bebé de dos meses.

“Vine a clases embarazada durante todo el año escolar pasado. Tuve el apoyo de mi familia y del liceo. Me dijeron que tenía que echar pa´lante, y me pidieron que no dejara de estudiar”, relató Persico. El papá y la abuela de su hijo cuidan al bebé mientras ella está en las aulas. Aspira graduarse de bachiller y continuar estudiando hasta convertirse en maestra o enfermera.

Aunque los esfuerzos de las unidades de Bienestar Estudiantil de los liceos de Nueva Esparta están dirigidos a la prevención del embarazo precoz, otra prioridad es lograr que la estudiante que se embaraza permanezca en el sistema educativo, expresó la Mariperfis Pino, de la Unidad de Protección de Desarrollo Estudiantil de la Zona Educativa del Estado Nueva Esparta (Zene). “La joven que deserta es mucho más vulnerable”.

Las cifras del Anuario Epidemiológico de Nueva Esparta correspondientes al 2011 muestran que el embarazo precoz ronda el 21 por ciento, menor a la tasa nacional de 23,3 por ciento divulgada por el Ministerio de Salud en 2010. De los 9457 nacimientos de niños vivos en las Islas de Margarita y Coche el año pasado, 92 niños (1 por ciento) nacieron cuando sus madres tenían entre 10 y 14 años, y 1850 niños (19,6 por ciento) nacieron de madres con edades entre 15 y 19 años.

No se sabe a ciencia cierta cuántas muchachas siguen asistiendo a clases durante el embarazo y cuántas regresan después del alumbramiento. El año escolar pasado cursaron 18 estudiantes embarazadas, al igual que Persico, en la U.E. José Ramón Luna, dijo el profesor Víctor Torcat.  Trascendió que en el Liceo Bolivariano Francisco Antonio Rísquez de La Asunción, municipio Arismendi, actualmente hay 10 adolescentes embarazadas, la mayoría de 4to año.

Pino aseguró que a las jóvenes se les ofrece atención médica, psicológica, nutricional y se les prepara para tener un parto libre de violencia y para amantar al bebé, mediante un equipo interdisciplinario integrado por personal de los liceos,  el Zene, el Ministerio de Salud y Fundaciones como Gestando Vidas y Asovidas.

Pese al respaldo, muchas jóvenes no regresan a las aulas. “Aunque la ley te proteja y tengas ayuda, no es fácil asumir un embarazo cuando se es adolescente. La autoestima se ve muy afectada por el qué dirán. Hay que trabajarlas mucho para que no deserten”, dijo el psicopedagogo Miguel Álvarez.

Las jóvenes son inconstantes en su control prenatal

Las jóvenes embarazadas tardan en asistir a los ambulatorios y los Centros de Atención Integral para comenzar el control médico de su embarazo, pese a que en Nueva Esparta todos los centros de atención del sector salud tienen los médicos y las enfermeras para atender a diario este tipo de pacientes, opinaron especialistas.

“La atención de la joven embarazada es muy variable. A veces vienen para realizarse la prueba de embarazo y después se pierden. Es difícil que las muchachas acudan puntualmente a su control prenatal mensual”, dijo una doctora del Ambulatorio Enrique Albornoz Larez de La Asunción. “La muchacha generalmente es acompañada por la madre a la primera cita, pero cuando vuelve lo hace sola”, apuntó.

La gineco-obstetra Diana Estrada, especialista en niñas y adolescentes, señaló que si todo va bien, las jóvenes pueden cursar sus estudios con normalidad hasta la semana 34 de gestación,  momento en que deben tomar su reposo prenatal  al igual que las embarazadas adultas. El grueso de sus pacientes tiene entre 15 y 17 años.

Sobre el cuidado de los dientes, la odontóloga Flor Villalba enfatizó la importancia de mantener una buena alimentación para evitar las caries y las fracturas de piezas por falta de calcio durante el embarazo. “La gengivitis (inflamación de las encías) también es muy común entre las adolescentes embarazadas”.

Las que no vuelven

Maritza Marval se embarazó por primera vez a los 17 años, antes de terminar el 5to año de bachillerato. Hoy tiene 23 años y cinco hijos. “Con este cerré la fábrica. Tengo cuatro hembras y por fin me nació el varón”, expresó orgullosa la porlamarense quien se dedica por completo al cuidado de su familia. “Tengo suerte porque llevo seis años casada con el papá de mis hijos. Pero no pude seguir estudiando. No tengo tiempo”. Otra joven relató a ÚN: “Tengo una amiga que tuvo su bebé en tercer año, la mamá la botó de la casa, el papá del chamito no quiso saber más nada de ella y no pudo inscribirse este año porque tiene que trabajar”.

(Publicado en Últimas Noticias)

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