La caricatura publicada por The New York Times el pasado 25 de abril de un Donald Trump ciego guiado por un perro de patas cortas con el rostro del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu cayó como una bomba en la opinión internacional.
El hecho de que en el dibujo el presidente de Estados Unidos usaba una kipá y del cuello del can colgara una Estrella de David fue la gota que colmó la paciencia de los judíos, quienes expresaron su indignación por la viñeta que calificaron de antisemita.
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