La antigua aspiración de morir rodeado de hijos y nietos es una rareza en el siglo XXI. Ahora la norma es que cada vez más personas vivan y mueran en soledad.
El Kodokushi japonés
Los núcleos familiares no sólo son más pequeños sino que también los vínculos personales son cada vez más débiles. Aislados por las distancias geográficas y la tecnología, las personas envejecen solas, aisladas, carentes de cualquier forma de intimidad.
Los primeros en dar un nombre al fenómeno de morir solo (Kodokushi) fueron los japoneses luego de que el cadáver de Ai Iijima, una popular presentadora de televisión, fue encontrado el 24 de diciembre de 2008 en el piso 21 de un edificio residencial de Tokio. La artista de 36 años murió de neumonía sin nadie a su lado pese a que 1,7 millones de japoneses habían comprado su novela autobiográfica Sexo Platónico.
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